Una ilusión óptica es cualquier ilusión del sentido de la vista que nos lleva a percibir la realidad de varias formas. Estas pueden ser de carácter fisiológico asociados a los efectos de una estimulación excesiva en los ojos o el cerebro (brillo, color, movimiento, etc., como el encandilamiento tras ver una luz potente) o cognitivo en las que interviene nuestro conocimiento del mundo (como el Jarrón de Rubin en el que percibimos dos caras o un jarrón indistintamente). Las ilusiones cognitivas se dividen habitualmente en ilusiones de ambigüedad, ilusiones de distorsión, ilusiones paradójicas e ilusiones ficticias (alucinaciones) donde las imágenes no son perceptibles con claridad por el ojo humano, ya que nuestro cerebro sólo puede asimilar una imagen a la vez.
. Los objetos reflejan longitudes de onda distintas en función de 
ciertos parámetros, como la iluminación. De este modo, la luz que emite 
un objeto iluminado artificialmente es muy diferente a la que emite 
cuando lo dejamos al sol a mediodía. Sin embargo, nosotros percibimos el
 color prácticamente igual en ambas situaciones. Esto puso de manifiesto
 que la teoría anterior simplificaba demasiado las cosas y dejaba de 
lado al órgano fundamental de la visión: el cerebro. El cerebro se encargaría no solo de interpretar la información proveniente de la retina, sino también de completarla, lo que puede entenderse estudiando algunas ilusiones ópticas.
 es un patrón de interferencia
 que se forma cuando se superponen dos rejillas de líneas con un cierto 
ángulo, o cuando tales rejillas tienen tamaños ligeramente diferentes. 



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